¡¡¡HUEHUETENANGO NOS RECIBE!!!

Suena el despertador bien pronto, toca levantarse y prepararse para agarrar el autobús destino Huehuetenango.

Es momento de despedirse de Flor y Carmen, y como no de la abuela y Pupy, todas ellas unas grandes anfitrionas y mejores personas. Nos sentimos muy agradecidas de la acogida en su casa y toda su atención.

Nos esperan cinco horas de viaje en bus.

Sorprendidas de la comodidad de este, no le falta ningún detalle. Nos acompaña un gran paisaje y la gran amabilidad de su gente.

Ya estamos en Huehue! Aquí nos espera Cesar, que ganas de conocerle después de escuchar tanto de el.

Estamos impacientes por llegar a la fundación y verles las caritas  a los niños y niñas.

Se abren las puertas, nuestros ojos aún más, no queremos perdernos nada. Salen niños de todos los lados corriendo hacia el coche.

Son todos los que quieren ayudarnos con las maletas y acompañarnos hasta la habitación.

Nos reciben los trabajadores, muy hospitalarios todos ellos. Nos explican un poco la distribución de la fundación, al mismo tiempo que se ofrecen para ayudarnos en todo lo que necesitemos, así da gusto!

Ahora toca acomodarse y empezar a hacer nuestra habitación, deshaciendo maletas, colocando mosquiteras….pero no todo es trabajar, también hay que divertirse, volvemos a nuestros diez años jugando a la comba.

Es el timbre el que nos avisa de la hora de la cena. De camino al comedor vamos conociendo a algunos de los chicos, entre abrazos y sonrisas poco a poco nos aprendemos sus nombres.

Nuestra primera comida en la fundación, y la verdad que no nos podemos quejar, patatas con “chorizo”, muuuy bueno. Compartimos la cena con ellos, que mejor momento para empezar a conocernos.

Tan solo llevamos unas horas aquí y ya nos sentimos arropadas por todos ellos, como en casa.

Después de un largo día toca descansar y cargar las pilas para las próximas aventuras.